Siguiendo con el análisis del nuevo sistema de valoración aprobado para los accidentes de tráfico ocurridos a partir del 1 de enero de 2016, en el nuevo Baremo se han modificado ostensiblemente los conceptos que se deben incluir en el cálculo de la indemnización para lesionados graves.
El baremo parte de una estructura diferente a la anterior normativa en la cual se valoran por separado distintos conceptos. En primer lugar valora la secuela física otorgándole un importe en función de la edad del lesionado en el momento del accidente. En este apartado se han eliminado los grupos de edades y se instaura una tabla para cada año, eliminándose las grandes diferencias que podían existir cuando se pasaba de un grupo a otro y la diferencia era sólo de un año.
En segundo lugar se introduce el perjuicio personal particular, que es aquel que tiene cada lesionado en concreto, dependiendo de cómo incide la lesión en su vida cotidiana. En este punto también se han tenido en cuenta a los familiares del lesionado indemnizándoles si su vida cotidiana se ve afectada por la lesión del familiar.
En tercer y último lugar se ha incluido un capítulo de perjuicio patrimonial que supone una gran revolución, ya que es la respuesta a las reclamaciones que las asociaciones de víctimas venían realizando desde hace muchos años, para que se mejorasen y en algunos casos se incluyeran conceptos indemnizables como la asistencia sanitaria futura, los recambios de prótesis y órtesis futuras, la rehabilitación domiciliaria y ambulatoria, la adecuación de vivienda, el incremento de los costes de transporte etc, es decir, en general todos aquellos costes a futuro que un lesionado pueda tener a lo largo de su vida.
Si bien estas modificaciones del baremo suponen una mejora importante en las indemnizaciones de los grandes lesionados, cierto es que también implica una gran complejidad a la hora de calcular la indemnización correctamente. Por ello, ahora más que nunca, es necesario que dicho cálculo se realice por abogados profesionales especialistas en accidentes de tráfico, ya que de no hacerlo las compañías pueden ofrecer indemnizaciones muy inferiores a las que realmente corresponden.